Saturday, September 13, 2014

A los setenta años de la Revolución del 20 de octubre de 1944 III Primer Gobierno de la Revolución Raul Molina



A los setenta años de la Revolución del 20 de octubre de 1944
III Primer Gobierno de la Revolución
Raul Molina
La gesta del 20 de octubre produjo un quiebre histórico en la vida del país. Quedó atrás una dictadura de 14 años y se abrió una democracia real, superior a la imperfecta “democradura” de hoy con su clase política incapaz y corrupta, incluidos ex militares y narcos. La Junta Revolucionaria cumplió cabalmente su mandato al lograr la transición a gobierno popularmente electo en menos de 6 meses, incluida la aprobación de una nueva Constitución y un sistema electoral transparente. El 15 de marzo de 1945 asumió el gobierno Juan José Arévalo, luego de lograr más del 85% de los votos.
Arévalo tuvo la responsabilidad de aplicar la Constitución de 1945. Aunque no lo hizo solo, ya que contó con brillantes funcionarios y militares honestos y leales, sí impuso su sello como educador y promotor del “socialismo espiritual”. Dio gran énfasis a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, lo que no ocurría en muchos lugares del mundo, cuando aún no se había aprobado la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La Educación y el magisterio fueron favorecidos, declarándose el 25 de junio como “Día del Maestro”, en justo homenaje a María Chinchilla. Se estableció la alfabetización como prioridad nacional y se promovió la educación primaria obligatoria. También fue favorecida la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), reconocida constitucionalmente como nacional y autónoma, con lo cual inició un período de gran florecimiento (limitado luego por la contrarrevolución de 1954 y violentado por Lucas García a partir de 1978). Se introdujeron reformas sustanciales en la salud y se estableció el sistema estatal de seguridad social a cargo del IGSS. Los trabajadores, tanto urbanos como rurales, pasaron  al centro de las preocupaciones del Estado con el Código de Trabajo. Miles de campesinos, muchos de ellos indígenas, empezaron a recibir tierras del Estado. También fue muy importante la solidez financiera lograda con el Banco de Guatemala y la Junta Monetaria. Significativos entre los derechos culturales fueron la revalorización de la cultura maya y el apoyo a las artes.
Los derechos civiles y políticos fueron centrales. La “ley fuga”, la tortura en las mazmorras policiales y la persecución política fueron eliminadas, mientras que la seguridad ciudadana hizo posible un clima de tolerancia y desarrollo, que hoy ha desaparecido. El sistema judicial se prestigió, distinto a la realidad presente. Surgieron partidos políticos, de diversas tendencias, desde la derecha hasta la inscripción del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), en 1948. La libertad de prensa fue total, dando paso a periódicos y emisoras de diversas tendencias, abriéndose sus páginas a opiniones políticas de todos los matices. Se usó una fórmula de política internacional que más tarde sería recogida por el Movimiento de No Alineados: no a la ubicación ni con los Estados Unidos ni con la Unión Soviética. Un factor que llevó al imperio a crear, junto con la jerarquía de la Iglesia Católica, la idea del “peligro comunista”.  Empezó la conspiración de los poderosos. (Continuará)

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