Acá el panorama
se complica. Pérez podría pedirle a Baldetti la renuncia por el bien de la
nación y, posiblemente lo lograría; pero él mismo no renunciaría. Están ya
abiertos procesos iniciados por URNG,Winaq y Encuentro por Guatemala, para
levantar la inmunidad de los mandatarios. Esto se resolvería en los tribunales,
en donde P y B tienen bastantes cómplices, por lo que no es seguro que se les
pueda enjuiciar.
Ante la
negativa de Pérez y Baldetti a renunciar, queda el aumento de la presión moral
y política por parte de la población indignada –concentraciones mayores y
grandes marchas-- para hacer intervenir a otros factores. La iniciativa
privada, que no desea un período de inestabilidad, puede accionar, al igual que
militares de alta graduación. Indiscutiblemente, la Embajada de los Estados
Unidos y el resto del cuerpo diplomático pueden aconsejar a los gobernantes
renunciar, para no romper el orden constitucional, así como la Iglesia
Católica, otras iglesias y el resto de la sociedad civil. En este orden de
ideas, el desfile del Primero de Mayo, la concentración pacífica convocada para
el 2 y la siguiente concentración pacífica para el 16 pueden llevar la
muchedumbre de 25,000 a 100,000 personas.
¿Se puede
cerrar el Congreso simultáneamente con la salida de Pérez y Baldetti?
Sí; pero
eso cierra la salida constitucional. Al no existir el ente que puede nombrar al
nuevo gobernante se produce un vacío constitucional. Esto puede quedar aun
dentro del margen jurídico, únicamente si en el acto de nombrar al nuevo
presidente el Congreso no ejecuta la voluntad popular. Acá la CC, defensora del
orden constitucional, puede dar mandato al Congreso y éste, si lo desacata,
puede ser intervenido.
¿Cómo se
puede hacer para evitar que el proceso electoral lleve a la misma situación actual,
cambiando solamente a algunos de los actores?
Claramente,
el proceso electoral debe ser detenido. La inmensa mayoría del pueblo no quiere
ir a elecciones con candidatos que no son aceptables. Tiene que modificarse la
Ley Electoral y de Partidos Políticos, antes del próximo proceso electoral,
para evitar que se perpetúen las lacras de nuestro sistema político. Lo óptimo
es que el TSE o la CC establecieran ya que en tanto se modifica la Ley no se
convoca al proceso electoral. Una medida estimulante sería que el TSE anunciara
esta semana que se deja en suspenso la convocatoria hasta el 18 de mayo. Es
mejor suspender ahora que cancelar después.