Monday, October 20, 2014

A los setenta años de la Revolución del 20 de octubre de 1944

VIII Marcha contra la larga noche después de 1954

Ningún otro pueblo de América Latina/Caribe ha sufrido una dictadura militar más feroz que la que
vivió Guatemala entre 1954 y 1985 –no se comparan Somoza, Trujillo, Batista o Pinochet. La supuesta “transición democrática” (eufemismo para decir que siguió lo mismo salvo procesos electorales), primero, todavía en manos de CACIF, ejército y EEUU, desde Cerezo hasta la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera; y, luego, de 1996 a la fecha, sin paz ni estado de derecho sino que un Estado fallido, se ha dado el lujo de volver a una pronunciada remilitarización. Así, no se logra enjuiciar a los responsables de 200,000 víctimas ni cumplir con la convención internacional contra el genocidio. Reinan la impunidad, la violencia y la corrupción. La larga noche no termina, después de 60 años de gobiernos ¿Qué nos han dejado? La economía nacional se sostiene gracias a los 4,500 millones de dólares anuales que son enviados por los casi 2.0 millones de personas guatemaltecas en el exterior. Este fenómeno ha liberado la presión social del 13.3% de la población, sin recibir a cambio apoyo del Estado, ni siquiera el ejercicio del derecho a elegir y ser electo desde el extranjero. Los que quedan en Guatemala, que no pertenecen a las élites o a la clase media, están aun en peores condiciones. En el presupuesto nacional se asigna apenas 1% a la salud y Guatemala compite por el peor lugar en América Latina también en educación, seguridad social y vivienda, es decir, en calidad de vida. Se quita a los pueblos indígenas territorio, tierras y recursos y no se respeta su derecho al consentimiento libre, previo e informado. A diario salen a relucir los actos de corrupción, incluidos los del interior de las cárceles y del Ejecutivo, o los lujos del Presidente y la Vicepresidenta. Por ello reconozco y respeto el comunicado de José Rubén Zamora exigiendo la renuncia de los mandatarios, cuya permanencia en el gobierno es una afrenta a nuestra dignidad. Urge el artículo revocatorio en la Constitución, para que con la firma de 1.0 millón de ciudadanos se pueda realizar un referendo para cambiar Ejecutivo y diputados.

Este 20 de octubre de 2014, las guatemaltecas y guatemaltecos tenemos un compromiso. Los que
estén en el país deben procurar reunirse en el Trébol, a las 9:00 AM, y marchar junto a trabajadores,
campesinos, pueblos indígenas, maestros, estudiantes, universitarios y toda persona de buena voluntad, para reafirmar los valores y logros de la Revolución de Octubre de 1944 y para rechazar: el abuso de poder de los mandatarios; la violencia y la represión; la militarización; la criminalización del movimiento social; y la cada vez más descarada corrupción. Los que estamos en el extranjero, debemos pedir a nuestros familiares y amistades en el país que se sumen a la marcha, con un reclamo nuestro: queremos votar y elegir nuestros representantes ante el Congreso en las elecciones de 2015. Si esto no se produce en 30 días, procuraremos el boicot de remesas. La ciudadanía, adentro y afuera, está harta de la derecha reaccionaria. ¡Un nuevo 20 de octubre!

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