Wednesday, February 18, 2015

Cómo sobrevivir el proceso electoral (II)
Raul Molina
(Continuación)  Hace una semana mencionaba cuatro fórmulas: sacar al Patriota con el “voto castigo”; ampliar el voto castigo a Líder, UNE, GANA, FRG, PAN y DC;  votar para quienes gasten enormemente en propaganda; y no creer en ofrecimientos de campaña.
Quinta fórmula: sacar a todas y todos los mafiosos de los cargos de elección popular e impedir que otros semejantes lleguen. Ya sabemos quiénes son; han demostrado durante cuatro o más años que no les importa la población; hacen lo que quieren y se aprovechan de su condición. No votemos por ellos y tampoco por cualquier persona que se le señale de haber participado en el crimen organizado, la violencia, la represión y la corrupción.
Sexta fórmula: votar contra quienes busquen la reelección, tanto en el Congreso como en las municipalidades. Arzú inventó la alcaldía vitalicia, sobre la base de “acciones cosméticas”. Hoy, alcaldes por doquier pretenden reelegirse, no para servir a los vecinos sino para “sus negocios”. Con excepción de cinco diputados no debe reelegirse a ninguno.
Séptima fórmula: votar contra la derecha. De 1954 a la fecha la derecha ha estado en el gobierno. Durante 60 años, los gobiernos han sido verdaderos lacayos del CACIF y los intereses políticos y económicos estadounidenses. Han llevado al país a la condición de Estado fallido, es decir, uno que no puede resolver los problemas esenciales. Algunos analistas sostienen que el Estado es “fallido” para las grandes mayorías; pero un verdadero éxito para la derecha. Votar por cualquiera de sus opciones es entonces un suicidio. La derecha jamás le responderá al pueblo y a las capas medias; su interés es venderse al mejor postor de los capitales oligárquico, del crimen organizado y extranjero. Ningún ciudadano o ciudadana y, particularmente, ninguna persona joven debe dar su voto a la derecha. La pregunta es: ¿A cuál de las vertientes del centro o la izquierda se deben canalizar los votos? Lo mejor sería que se unieran y presentaran un solo frente para enfrentar la inmundicia actual. Una alianza de centro-izquierda sería, como ha ocurrido en otros países –en América del Sur y ahora en Grecia—la alternativa democrática. En esto trabajamos intensamente; pero si la miopía de algunos dirigentes de izquierda mantiene las fragmentaciones, la población debe escoger alguna entre ellas para su voto, recordando que necesitamos que el Congreso esté lleno de personas responsables, que las alcaldías trabajen para las y los vecinos y que la fuerza opositora sea cada vez más fuerte.
La octava fórmula, que debiese ser apoyada por toda la diáspora guatemalteca y sus familiares en el país, consiste en aplicar “voto castigo” también a todos los que pudieron hacer algo para responder a las necesidades de los 1.5 millones de migrantes y no lo hicieron. La GANA, la UNE y el Patriota ofrecieron apoyar a los migrantes y otorgar voto y representación en el extranjero; nunca hicieron nada. A otros partidos se les pidió apoyo para el TPS y, aparte de sus viajecitos a Estados Unidos, nunca movieron un dedo. Hemos exigido la reforma de la Ley del CONAMIGUA y el Congreso no la ha modificado. Es tiempo de pasarles la factura.

No comments:

Post a Comment