Monday, February 9, 2015



Cómo sobrevivir el proceso electoral (I)
El proceso electoral aún no está abierto y ya los anuncios, pintas, inauguraciones “oficiales” y piñatas electorales empiezan a proliferar, haciéndonos sentir cada vez más ajenos a la “política”, que no es más que un mercado de intereses personales. Será un largo calvario de prepotencia, engaño, abusos y, lamentablemente, hasta de violencia de quienes han usufructuado o intentan exprimir al Estado. El interés común, particularmente de las grandes mayorías, será alto en la propaganda; pero muy bajo o inexistente en los hechos. Se ha abierto el “circo electoral”; pero, a diferencia de los romanos, sin “pan”. ¿Cómo podremos sobrevivir?
Sugiero algunas fórmulas de sentido común y, si las capas medias y sectores populares las adoptasen, podríamos empezar a modificar la oferta electoral. La primera es que, al igual que en todas las elecciones anteriores, el partido en el gobierno debe ser castigado: hay que sacar al Patriota de la función pública y mejor si se minimiza su presencia en el Congreso y alcaldías. El pueblo ha sido sabio en el pasado y hoy, a pesar de la falta de opciones reales, debe seguir utilizando el “voto castigo”.
Segunda fórmula: ampliar el “voto castigo”. Es vox populi, luego de las manipulaciones de Patriota y Líder, que ambos son el mismo mico, por lo que no hay que esperar cuatro años para “castigar” a Líder; hay que prevenir que se acerque al Poder Ejecutivo –y al tesoro del Estado. También hay que ampliar el castigo en el tiempo: a la UNE se le sacó acertadamente del gobierno; no hay razón para darle “una segunda oportunidad”, como tampoco a PAN, GANA, FRG y DC, aunque se presenten como “niños de primera comunión”. La ciudadanía tendrá que optar por el mejor entre los restantes; por lo menos, no hay experiencia de “pillaje”.
Tercero: hay que votar contra los partidos que hagan más propaganda. La mercadotecnia prescribe que se invierta más dinero en propaganda mientras menos calidad tiene el producto. Los que empapelan o pintarrajean muros y paredes creen que eso les lleva al triunfo. Tenemos que demostrarles lo contrario rechazando candidatos y candidatas, nacionales y locales, que traten de “lavarnos el coco”. Igualmente, los que tengan recursos para TV y radio para discursitos, cancioncitas y publicidad son lo que deben obtener MENOS votos; estos fondos malgastados serían compensados después, con creces, a los financistas.
Cuarto: no hay que creer en ofrecimientos de campaña. Portillo dijo, cínicamente, que en campaña había ofrecido “el oro y el moro” sin ninguna intención de cumplir. Ese rasgo de “político hábil” lo llevó a pasarse tiempo en la cárcel de Nueva York, para vergüenza nacional. Otro personaje ofreció “mano dura” contra la violencia; pero solamente la ha aplicado contra el movimiento social. Los problemas del país son evidentes y debemos pedir no promesas sino que la presentación de políticas y estrategias para enfrentarlos: salud y educación, en decadencia por el neoliberalismo; falta de empleo; abandono de las y los migrantes; desprecio por nuestra juventud; conflictos por tierra, territorio y recursos; y la sempiterna violencia ¿Qué se hará en cuatro años? (Continuará).

Por Raul Molina.

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