Friday, April 17, 2015

¿Hasta cuándo esperaremos las y los migrantes?



                                              ¿Hasta cuándo esperaremos las y los migrantes?
Transcurre el mes de abril y el derecho a elegir y ser electo o electa de las y los guatemaltecos en el extranjero sigue sin ser habilitado, mientras que la convocatoria a elecciones generales para 2015 está a punto de producirse, a principios de mayo. Después de exigir nuestro derecho por casi 12 años, y sostener al país con nuestras remesas desde finales de los 1990, ¿Qué más debemos hacer para recuperar nuestra ciudadanía? Hemos hablado con presidentes y vicepresidentes del país, con varias legislaturas, tanto en Comisión, como con sus autoridades, y hemos enviado comunicaciones al MINEX, el TSE y la CC, y no se produce nada. Como medida última en este año, enviaremos una delegación a Guatemala en la segunda quincena de abril para plantearle a los organismos del Estado y a los partidos políticos lo siguiente: a) el proceso de elecciones, sin la participación de las y los ciudadanos en el extranjero, es ilegítimo e inconstitucional y, además violatorio de los derechos humanos de más del 10% de la población; b) el Congreso tiene la obligación de conocer las propuestas de modificación de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, y aprobar las que correspondan, antes de la convocatoria del proceso electoral; y c) tomaremos debida nota de las personas y entidades que obstaculicen nuestro derecho, para señalarlas y actuar políticamente contra ellas.
La delegación en Guatemala intentará reunirse con entidades del Estado, sectores políticos interesados, fuerzas sociales importantes y medios de comunicación social. Sabremos, finalmente, quienes defienden los intereses y derechos de las y los migrantes y quienes dicen hacerlo y velan solamente por “el derecho de su nariz”. En el caso de que se apruebe nuestro planteamiento --poder votar en el extranjero para presidente, vicepresidente, lista nacional de diputados y diputadas y PARLACEN, así como elegir a cinco representantes de la Diáspora al próximo Congreso de la República—celebraremos conjuntamente con quienes nos apoyan el logro de un verdadero avance democrático. De no aprobarse nuestro planteamiento, las y los migrantes tendremos que modificar nuestra estrategia y actuar en reciprocidad con esta falta de apoyo.
Hay algunos en la Diáspora que, aun sacrificando a sus parientes, proponen “parar las remesas” --un poco como cuando las mujeres de Esparta tomaron la decisión de suspender relaciones sexuales hasta que se terminara la guerra, hecho copiado en África recientemente- lo que es delicado. Pero lo que sí será un hecho será el señalamiento público de quienes nos han dado la espalda, entre otros Arzú, Portillo, Berger, Colom y Pérez, y de quienes sean hoy responsables de que se impida el ejercicio de nuestro derecho. Haremos campaña activa para “no votar” por los candidatos y candidatas anti-migrantes. Lo hemos hecho ya en Estados Unidos, en donde, junto a migrantes de otras nacionalidades, hemos logrado sacar a congresistas adversos. Lo haremos en Guatemala, con mayor facilidad, vía familiares y amistades que sí podrán concurrir a las urnas. Estamos a tiempo de prevenir: el Estado, y el Congreso, en particular, deben tomar la decisión y actuar ya.

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