RED POR LA PAZ Y EL DESARROLLO DE GUATEMALA (RPDG)
COMUNICADO:
A transformar las condiciones del proceso electoral para que las elecciones sean legítimas
Con fecha 18 de enero, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó a elecciones generales para el 16 de junio, en ejercicio de su mandato constitucional, con lo cual ha logrado evitar que el Pacto de Corruptos trate de imponer una dictadura cívico-militar y que el Poder Ejecutivo recurra a decretar estados de excepción. No obstante, las condiciones para las elecciones son peores hoy que las que existieron en 2015, cuando muchas organizaciones, particularmente las de mujeres, afirmaban “bajo estas condiciones no queremos elecciones”. Las modificaciones de la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) aprobadas por el Congreso actual fueron una farsa, pese a que la sociedad civil y el TSE hicieron propuestas para democratizar la participación política.
El Congreso, ilegítimo e ilícito, terminó aprobando un paquete de reformas acorde con sus espurios intereses. El proceso electoral se realizaría, a menos que se expulse a la Dictadura de la Corrupción, bajo la amenaza permanente de ésta de desconocer las decisiones del TSE y de invertir cuantiosos recursos del Estado y del CACIF para tratar de hacer ganar a sus candidatos y candidatas. Ahora que se ha desconocido el delito del “financiamiento ilícito”, el crimen organizado también invertirá grandes sumas de dinero para garantizar sus intereses. Para evitar la incidencia de las y los guatemaltecos en el extranjero, que rechazamos absolutamente al Pacto de Corruptos, se ha limitado nuestro voto a presidente y vicepresidente, no se sabe si podremos votar en todos los países y se nos pondrán múltiples obstáculos para contar con DPI, registrarnos para votar y emitir el voto. Es un proceso inconstitucional.
En estas adversas condiciones participarán más de 20 binomios presidenciales y miles de aspirantes a diputados, diputadas, concejos municipales y más. La gran ventaja de las y los corruptos es la dispersión de las fuerzas progresistas, es decir, del centro-izquierda y la derecha democrática. Si nos uniéramos todas las personas honestas, no solamente ganaríamos la presidencia y vicepresidencia, sino que podríamos contar con más de 2/3 del Congreso. Para ello, sin embargo, la unidad es indispensable. Instamos a todas las fuerzas honestas a forjar en un mes un frente de la oposición guatemalteca a la Dictadura de la Corrupción –el Frente por la Democracia (FPD)- con el compromiso de mantener esa alianza a lo largo de los próximos cuatro años. Todos los representantes en el Congreso de las fuerzas de la alianza formarían el bloque parlamentario FPD. Para el Poder Ejecutivo, a través de un mecanismo justo, equitativo y transparente deberíamos seleccionar un solo binomio presidencial que nos represente. Las otras personas, que hoy son candidatas o candidatos presidenciales de las varias fuerzas individuales, serían los Ministros y Ministras del próximo Gabinete. Es necesaria la humildad política.
Si esta unidad electoral no se lograra, sería casi imposible quedar como primera o segunda fuerza para la segunda vuelta en pos de la presidencia y la vicepresidencia. Seríamos una oposición insignificante en un mar de corrupción. Todavía nos quedarían otras cartas por jugar; pero se necesitaría una visión de futuro y difíciles procesos de diálogo y coordinación. La primera es presionar por la repetición de las elecciones por falla de constitucionalidad del voto de las y los guatemaltecos en el extranjero. La segunda opción para obligar a repetir las elecciones sería hacer que ganara el voto nulo, tal como se aceptó con las reformas a la LEPP. Tenemos, por delante, una lucha de seis meses que debe ser intensa y constante.
Guatemala y su Diáspora, 25 de enero de 2019
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