UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
LA COMISIÓN COORDINADORA DE LA DECLARACIÓN CIUDADANA
EN TORNO A LA PAZ MANIFIESTA:
Se conmemora hoy el 18º aniversario de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno de Guatemala y la URNG, el
29 de diciembre de 1996. Momento histórico de grandes esperanzas, que ha sido
desperdiciado por los gobiernos de Arzú, Portillo, Berger, Colom y Pérez. Si
bien hay algunos logros en virtud de los compromisos asumidos, basta releer el
contenido del Acuerdo y los títulos de los Acuerdos parciales, para darnos
cuenta de que los sectores de poder los han pisoteado e ignorado. Hay algunos
“nuevos ricos” en el país, gracias a este Acuerdo; pero, las capas medias están
hoy peor y las grandes mayorías siguen sufriendo discriminación, marginación,
opresión y no pocas veces represión. Exigimos que el Acuerdo se vuelva a
implementar, revisado por la sociedad civil y vigilado por la comunidad
internacional.
Entre los principales conceptos del Acuerdo,
resaltamos, por su falta de cumplimiento, los siguientes:
“1. Los acuerdos de paz expresan consensos de carácter nacional... Su
cumplimiento progresivo debe satisfacer las legítimas aspiraciones de los
guatemaltecos y, a la vez, unir los esfuerzos de todos en aras de esos
objetivos comunes”. ¿Qué pasó?
“2. El Gobierno de la República reafirma su adhesión a los principios y
normas orientadas a garantizar y proteger la plena observancia de los derechos
humanos, así como su voluntad política de hacerlos respetar”. ¿Sueño imposible?
“4. Es un derecho del pueblo de Guatemala conocer plenamente la verdad
sobre las violaciones de los derechos humanos y los hechos de violencia
ocurridos en el marco del enfrentamiento armado interno…” ¿Y el genocidio?
“5. El reconocimiento de la identidad y derechos de los pueblos
indígenas es fundamental para la construcción de una nación de unidad nacional
multiétnica, pluricultural y multilingüe...” ¿No seguimos inmersos en el racismo?
“6. La paz firme y duradera debe cimentarse sobre un desarrollo
socioeconómico participativo orientado al bien común, que responda a las
necesidades de toda la población. Dicho desarrollo requiere de justicia social
como uno de los pilares de la unidad y solidaridad nacional...” ¿Qué pasa con las empresas extranjeras, los
grandes finqueros y el CACIF?
“7. Es fundamental para lograr la justicia social y el crecimiento
económico, la participación efectiva de los ciudadanos y ciudadanas de todos
los sectores de la sociedad. Corresponde al Estado ampliar estas posibilidades
de participación y fortalecerse como orientador del desarrollo nacional, como
legislador, como fuente de inversión pública y proveedor de servicios básicos,
como promotor de la concertación social y de la resolución de conflictos. Para
ello el Estado requiere elevar la recaudación tributaria y priorizar el gasto
público hacia la inversión social”. ¿Ha
leído este punto el poderoso sector privado? ¿Por qué lo ignora?
“8. …[L]a política económica debe orientarse a impedir que se produzcan
procesos de exclusión socioeconómica, como el desempleo y el empobrecimiento, y
a optimizar los beneficios del crecimiento económico para todos los
guatemaltecos. La elevación del nivel de vida, la salud, la educación, la
seguridad social y la capacitación de los habitantes, constituyen las premisas
para acceder al desarrollo sostenible de Guatemala”. ¿Quiénes siguen negando el desarrollo sostenible a las actuales y
futuras generaciones?
“9. El Estado y los sectores organizados de la sociedad deben aunar
esfuerzos para la resolución de la problemática agraria y el desarrollo rural,
que son fundamentales para dar respuesta a la situación de la mayoría de la
población que vive en el medio rural…” ¡Firmado
hace 18 años y sin cumplir!
“10. El fortalecimiento del poder civil es una condición indispensable
para la existencia de un régimen democrático…[para] garantizar a los habitantes
de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el
desarrollo integral de la persona. El Ejército de Guatemala debe adecuar sus
funciones a una nueva época de paz y democracia”. ¿Dónde se habla de la progresiva re-militarización del país? ¡Hemos
caminado en la dirección opuesta!
Reconocemos que los Acuerdos
de Paz no abordaron todos nuestros problemas. Por ejemplo, hubo grandes
carencias con relación a los derechos específicos de la Mujer –muchos
sostenemos que se debió haber tenido un acuerdo particular-- si bien contienen una agenda para su
reconocimiento y garantía. No obstante, ¿por qué más de la mitad de la población continúa sufriendo
discriminación por género y se nos ha metido el feminicidio como nuevo flagelo?
Tampoco se tuvieron presentes
problemas que apenas comenzaban, como el de la migración masiva hacia el norte,
la proliferación de las pandillas juveniles y la infestación del crimen
organizado.
Proponemos un urgente Diálogo Nacional, al interior de una nueva ASC y
convocado por la Iglesia Católica y las Naciones Unidas, para producir los
impostergables cambios sustanciales al sistema político y socio-económico que
hagan posible la actualización de los Acuerdos y unas elecciones justas,
legítimas y representativas en septiembre de 2015. Exhortamos a todas y todos
los ciudadanos a dar continuidad al Acuerdo de Paz Firme y Duradera de 1996 y
sostener la lucha por una Guatemala mejor.
Guatemala, 29 de diciembre de 2014
Comisión Coordinadora de la Declaración Ciudadana
(CCDC)
Silvia Lucrecia Aguilar, Silvia Adelina Búcaro,
Américo Cifuentes, Eduardo de León, Raúl Molina Mejía, Ana Silvia Monzón,
Roberto Orellana López, Juan Ramón Ruiz y Eduardo Velásquez
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