Tuesday, June 16, 2015

RED POR LA PAZ Y EL DESARROLLO DE GUATEMALA (RPDG) COMUNICADO NACIONAL E INTERNACIONAL NO AL GOBIERNO ACTUAL Y “NO QUEREMOS ELECCIONES, BAJO LAS ACTUALES CONDICIONES”

RED POR LA PAZ Y EL DESARROLLO DE GUATEMALA (RPDG)
COMUNICADO NACIONAL E INTERNACIONAL
NO AL GOBIERNO ACTUAL Y “NO QUEREMOS ELECCIONES, BAJO LAS ACTUALES CONDICIONES”
La Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG) exige una vez más que Otto Pérez abandone la jefatura de gobierno. A  partir del 1 de junio, cuando el Embajador Todd Robinson asumió abiertamente su papel de Procónsul, hemos desconocido al “Presidente” y no validamos sus actos. Particularmente, pedimos a todas las instituciones y a la ciudadanía que no se reconozcan las deudas que el Estado haya asumido o asuma a partir de junio de 2015, ya que los fondos recibidos servirán para pagar favores y para ser robados. La Embajada tiene la facultad de hacer donaciones; pero no a comprometernos a pagar un solo centavo invertido para sostener a Pérez y sus secuaces.  Esperamos que pronto el Congreso en un acto de patriotismo ratifique esta posición ante el país y la comunidad internacional.
El gobierno actual debe ser sustituido en su totalidad. Sin duda hay personas honestas que se han comportado como servidores de la nación; pero, a pesar de su compromiso, el sistema no funciona, no goza de credibilidad y está penetrado e infectado por la corrupción y la impunidad. Por ello, urge que a Otto Pérez se le retire de sus funciones, al igual que a Alejandro Maldonado, la persona puesta por él como supuesto vicepresidente, “a dedo”, por decisión de la Embajada y con la complicidad de los Partidos Líder y Patriota. Todos los demás funcionarios, Ministros, Viceministros, Secretarios, Subsecretarios y otros cargos de dirección deben colocar sus cargos “a la disponibilidad” del nuevo presidente  o presidenta que designe el Congreso.  La designación debe estar basada en una terna propuesta por la sociedad civil, compuesta por personas honestas y no vinculadas a ninguno de los partidos políticos o entes corporativos (ejército y directivos del CACIF). La Embajada de los Estados  Unidos debe quedarse al margen. En el mismo acto y bajo el mismo procedimiento debe designarse al Vicepresidente o Vicepresidenta. La primera tarea de los nuevos mandatarios será integrar un “gobierno de salvación nacional”, con personas que hayan participado en la lucha contra la corrupción y la impunidad.
La extraordinaria lucha de la ciudadanía no puede terminar en un proceso electoral ilegítimo, antidemocrático e inconstitucional. La OEA puede cometer el monumental error de avalar este proceso electoral y ofrecerse a supervisarlo, por ser una organización de Estados, pero eso no cambiará el hecho de que la población rechazará los resultados del mismo. Este proceso es ilegítimo, porque el ejercicio del derecho a elegir y ser electos y electas ha sido pisoteado, totalmente, por el sistema de partidos políticos vigentes. Asumimos con convicción el planteamiento de las organizaciones de mujeres: “no queremos elecciones en las actuales condiciones”. El TSE, el Congreso y la Corte de Constitucionalidad deben encontrar el mejor camino para PARAR el proceso electoral de inmediato, MODIFICAR LA LEY correspondiente, con el mandato de implementar de inmediato todas las “nuevas condiciones” para elecciones libres y confiables,  y ABRIR un nuevo proceso con un marco temporal razonable. El marco temporal no debe estar sujeto a ninguna camisa de fuerza, para poder garantizar la democratización plena del voto: acceso total de los sectores tradicionalmente marginados (pueblos indígenas, mujeres y migrantes), tanto para ejercer el voto como para ser candidatos y candidatas; restricciones a candidaturas de personas vinculadas a represión, violencia, narcotráfico y corrupción; eliminación del derecho de llave, exclusivo, de los partidos políticos, para la presentación de candidaturas; y la eliminación del control ejercido sobre las elecciones por los grandes capitales, lícitos e ilícitos. Estos y otros aspectos esenciales deben ser de aplicación inmediata.
Los partidos políticos deben entender ahora que la población los rechaza en su conjunto y, uno a uno. Es el momento en que deben firmar la carta de renuncia al proceso electoral actual. En ninguna parte del mundo se realizan elecciones, salvo para que un sector tome ventaja (como ocurrió con el golpe en Honduras, también avalado por la OEA), en medio de guerra o crisis profunda. Se posponen, hasta alcanzar las condiciones mínimas necesarias. La RPDG participó en las elecciones pasadas como parte del Frente Amplio y, a partir de 2012, hizo el esfuerzo titánico de propiciar una unidad más amplia de fuerzas políticas y sociales progresistas, el Movimiento de Unidad Progresista y Popular (MUPP). Apoyó las iniciativas semejantes de Winaq y URNG, sin dejar de insistir, en la búsqueda de la unidad con el resto del centro-izquierda. Nada de eso se ha producido, por lo que nos desligamos del Frente Amplio integrado ahora solamente por Winaq y URNG. La RPDG no puede participar en la farsa electoral actual. No validamos el proceso electoral abierto el 2 de mayo y haremos todo lo necesario para que internacionalmente no se reconozcan sus resultados.  Para comenzar, pedimos a ciudadanos y ciudadanas que no acepten ser fiscal de mesa para el TSE. Sin mesas electorales, no puede haber elecciones.
Como RPDG, insistimos, una vez más, que debe prestarse especial atención al voto y la representación en el extranjero, para eliminar la inconstitucionalidad de que más del 10% de la ciudadanía no puede elegir y ser electa por estar afuera del país. Por más de 10 años se ha negado el voto en el extranjero, con engaños a las  y los migrantes, mientras que en ese período, hemos enviado remesas por un valor superior a los 35,000 millones de dólares. Debemos votar por todos los cargos de característica nacional (presidente, vicepresidente, diputados por lista nacional y diputados al PARLACEN). Considerados como distrito electoral 24, debemos tener el derecho de elegir 5 diputados propios, como mínimo, que nos representen en el próximo Congreso y en la Asamblea Nacional Constituyente. Más adelante, la representatividad del distrito 24 estará determinada por el número de los ciudadanos que se inscriban en el mismo.
El cambio del sistema político no termina con un proceso electoral distinto y un nuevo gobierno. Ese es el principio. Hay que elegir una Asamblea Nacional Constituyente que redacte la nueva Constitución, sin “candados de inconstitucionalidad”. No hay nada que la voluntad soberana del pueblo no pueda modificar. Durante el primer gobierno revolucionario de la “Primavera Democrática” se refundaron las instituciones del Estado en menos de un año.  Las generaciones actuales tienen el mismo derecho y la misma capacidad de hacerlo y contarán, sin duda, con apoyo internacional. Solamente la nueva constitución nos podrá dar el marco de la Guatemala del siglo XXI. Instamos a los cuatro pueblos y a todos los sectores sociales a que no decaigan en la lucha. Por primera vez en 6 décadas se ha recuperado la esperanza. Es el momento de convertir la esperanza en la realidad que se merece nuestro país.
Guatemala y su Diáspora, 15 de junio de 2015

Comité Ejecutivo de la RPDG

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