En el Día Internacional de la Felicidad
Planeta Tierra, 20 de marzo
de 2015, Raúl Molina Mejía, Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala
“¡Deseo a todos y todas alrededor del mundo un muy
feliz Día Internacional de la Solidaridad! La búsqueda de la felicidad es un
asunto serio. La felicidad para la familia humana en su totalidad es uno de los
objetivos principales de las Naciones Unidas”
Ban Ki-moon, Secretario General de las
Naciones Unidas
Las Naciones Unidas se equivocaron con este nombre.
Pareciera ser una broma cuando la mayoría de la población del mundo no goza del
todo de la felicidad. Debiera ser el “Día Internacional de la Búsqueda de la
Felicidad”, porque es una aspiración de todos los pueblos del mundo. Quienes no
tienen poder en el mundo, es decir, los pobres y marginados, no conocen la
felicidad, y los poderosos del mundo nunca encontrarán la felicidad porque
están llenos de riqueza, codicia y odio. La búsqueda de la felicidad
conllevaría esfuerzos y cooperación, en igualdad de condiciones, de parte de
los sectores poderosos y los sectores sin poder de la Humanidad.
Examine brevemente lo que la felicidad significa para
los pueblos y personas siguientes:
a) Quienes
viven en países en guerra, como los países del Oriente Medio y África, así como
Colombia y Ucrania;
b) Quienes
viven en países bajo amenaza de guerra, como Palestina, sujeta a acoso
constante y ataques de Israel, y Venezuela, blanco de la desestabilización
permanente y pronunciamientos arrogantes y amenazadores de los Estados Unidos;
c) Los
millones de personas que viven bajo regímenes represivos en Mesoamérica,
Paraguay y dictaduras asiáticas;
d) El
tercio de la población mundial que vive en la hambruna y el hambre;
e) Los
miles de millones de trabajadores que ven que sus derechos humanos y laborales
se desvanecen en el aire, al tiempo que las ganancias de los ricos siguen
aumentando;
f) Los
miles de millones de gente de la clase media que aspirarían a vivir bien,
mientras que caen en niveles más profundos de deuda y pobreza;
g) Los
miles de millones que dependen de la delincuencia para sobrevivir o que emigran
a lugares donde son explotados, tratando de encontrar los recursos que
necesitan para ellos y sus familias;
h) Los
millones que enfrentan la violencia y la muerte del crimen común, el crimen
organizado y las organizaciones de vigilantes.
Si la riqueza dedicada al narcotráfico, al tráfico de
personas y a la manufactura de armas o la rirqueza extraída de estas
inversiones se pudiera reorientar hacia alimentos, salud, vivienda, educación,
protección del ambiente y provisión de empleos dignos en todo el mundo,
podríamos ver sonrisas de felicidad y gozo en todas partes. Si pudiéramos hacer
realidad el monumento en la Secretaría General de las Naciones Unidas que
muestra una pistola retorcida de tal manera que ya no puede disparar –el final
de la guerra, las armas y la violencia--
entonces el 20 de marzo podría, finalmente, convertirse en el “Día
Internacional de la Felicidad”. Caminemos en esa dirección…o, de lo contrario,
podemos terminar sin un mundo que recuerde que nuestro propósito en la vida era
la búsqueda de la felicidad como un objetivo individual y colectivo.
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