Los intereses de
Estados Unidos no son los de Guatemala
La visita
del Sr. Shannon ha sido ofensiva y su mensaje fue mixto, ya que, sin apoyar a
Pérez, tampoco se le deja caer, confiando en que las elecciones de septiembre
preserven el sistema, como en Honduras luego del golpe de estado. Nuestros
intereses no son los de Estados Unidos, que busca “gobernabilidad y seguridad”,
entendidas como que Guatemala responde a sus orientaciones (manejabilidad) y
que sus intereses económicos y geopolíticos estén a buen recaudo, aunque continúe
el proceso de desgaste al estilo Haití. Nosotros queremos otra gobernabilidad: la
presencia de un gobierno legítimo y honrado, el funcionamiento adecuado de los
tres Poderes del estado y la consolidación de instituciones democráticas. Y
queremos seguridad para quienes viven en Guatemala, en el mar de violencia
actual, y nuestros migrantes en ruta y en el país de destino.
Shannon
vino a evaluar a Pérez y Robinson y a sus pares hondureños, bajo la excusa de “promover su Alianza para la Prosperidad
en Centroamérica”. No es un Plan Marshall; está centrado en “su defensa
estratégica” particularmente contra las migraciones. La frontera
anti-inmigrante la trasladan al Río Coco, en Nicaragua. Éste no es el “muro de
desarrollo” que los migrantes guatemaltecos hemos propuesto. Aceptemos, gringos
y chapines, que la única forma de desacelerar la migración es produciendo
condiciones de auténtico desarrollo en Mesoamérica. El “muro de la vergüenza”, multibillonaria
mega-infraestructura entre EEUU y México, ha fracasado, pese a colocar a la
Guardia Nacional en apoyo a la ominosa “migra” y a que cientos de xenófobos
operan como “vigilantes”, cerca del territorio mexicano, con miles de personas
muertas. Eso sí, han convertido en negocio billonario las cárceles privadas
para las y los migrantes y se acaba de filtrar el dato de ejercicios militares
contrainsurgentes, en secreto, en Texas, contra supuestos “enemigos”. Es ésta
guerra anti-inmigrantes la que se pretende profundizar con la “Alianza para la
Prosperidad”, en la cual la parte “local” corresponde a gobiernos corruptos,
ineptos y represivos.
Nuestros
intereses son otros, sin que por ello constituyamos una amenaza para el
imperio. No nos interesa albergar crimen organizado; aunque pensamos, eso sí,
que Mesoamérica no debe poner los muertos. Estados Unidos tiene todo para
detener en su territorio los intentos de ingresar drogas; si no controla su
venta en sus mercados, el tráfico puede encarecerse pero no desaparecer. Saben
en qué bancos se lava el dinero y quiénes venden todos los químicos que se usan
para la refinación. Su responsabilidad está allá y no controlando los aparatos
militares de la región. Con ayuda internacional sustantiva, estamos dispuestos
a invertir en desarrollo para detener la migración. No queremos seguir
perdiendo nuestra población, particularmente el valioso recurso de la juventud.
Debemos generar condiciones para que no tenga que trasladarse al Norte. Nuestro
interés inmediato es terminar ya con el “desgobierno” Patriota y parar un
proceso electoral ilegítimo e inconstitucional; solamente entonces podremos
iniciar la nueva etapa de democracia y desarrollo.
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