Friday, May 22, 2015

Estado Para dejar de ser Estado fallido hay mucho por hacer



Estado Para dejar de ser Estado fallido hay mucho por hacer
La salida de Baldetti (#2), madre de los “desmadres” de corrupción del Partido Patriota; la renuncia de Mauricio López (#3), encargado de la represión gubernamental y con redes criminales en las cárceles del país; y la renuncia de otros Ministros, Secretarios y funcionarios no son más que la punta del iceberg de podredumbre que llevó al país a ser un Estado fallido. La captura y sometimiento a la justicia de los “40 ladrones” significan poco, sin embargo, si Alí Babá permanece al frente del gobierno.
Urge que CACIF y la Embajada, “factores de poder”, dejen de ser sostén de Pérez y Maldonado para que el país entre a una fase de normalización. El secretario privado de la ex vicepresidenta fue responsable de la SAT y el secretario privado del presidente fue responsable en el IGSS. Baldetti está fuera; ¿qué pasa con Pérez? Al menos López tuvo el coraje o la astucia de renunciar. Sin coraje ni inteligencia, Pérez se aferra al puesto. Ahí es donde los “factores de poder” deben actuar, presionados por los cientos de miles de guatemaltecas y guatemaltecos que han dicho y seguirán diciendo: ¡Basta ya!
También hay que depurar los otros órganos y estructuras del Estado. El siguiente paso es parar el proceso electoral, porque la ciudadanía no cree en el actual sistema político. Es inaceptable tener en el próximo gobierno al Líder, al Patriota, a la UNE o a cualquiera de las otras opciones electorales. La ciudadanía dice: ¡Que se vayan todos! Los migrantes le hicimos ver a la Presidenta de la Corte de Constitucionalidad (CC) que este proceso electoral sería INCONSTITUCIONAL de convocarse sin modificar la Ley Electoral para habilitar el voto en el extranjero (mandato de la CC en 2011), ya que se violarían derechos civiles y políticos de más del 10% de los ciudadanos. La CC tiene la obligación de detenerlo, ordenar al Congreso que cumpla con modificar la Ley Electoral y de Partidos Políticos y reiniciar el proceso bajo reglas del juego que permitan la legítima participación ciudadana; debe participar el 100% de la ciudadanía en la elección de sus nuevos gobernantes y representantes. Esto es indispensable y urgente o terminaremos gastando cientos de millones de dólares en un proceso electoral que es y será rechazado por el pueblo.
Gobernado el país por un gobierno civil transitorio que esté dirigido por personas probas y competentes, el Congreso deberá reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Alto a la manipulación de los grandes capitales, lícitos o ilícitos; no a la reelección de violadores de derechos humanos, corruptos o instrumentos del crimen organizado; no al derecho de llave de los partidos políticos. Sí al voto y la representación de las y los ciudadanos en el extranjero; sí a la presentación de candidatos y candidatas a todos los puestos de elección popular con sólo firmas ciudadanas. El gobierno de transición debe abrir un proceso electoral limpio y transparente para elegir mandatarios adecuados, municipalidades no corruptas y una Asamblea Nacional Constituyente, con un plazo de tres meses para aprobar la nueva Constitución que Guatemala necesita. ¡Es la forma de salir del fallido!

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