RPDG/MUPP Informe
Relámpago 020-15
El Salvador celebra,
Guatemala exige
Beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Los creyentes de El Salvador y Guatemala nos
alegramos muchísimo de la beatificación del Monseñor Romero, uno de los varios
religiosos en ese país que fueron mártires de la lucha del hermano pueblo
salvadoreño. Más de 350,000 personas acompañaron el sábado 23 los actos de la
celebración. Recordemos que según la Comisión de la Verdad de El Salvador, por
órdenes del tristemente famoso Mayor Roberto D’Aubuisson, un asesino disparó al
Obispo, matándolo en plena misa, en 1980. Para subir a los altares, como santo,
Monseñor Romero necesitará interceder para que ocurra por lo menos un milagro
más. Sería justo que éste fuese la renuncia de Otto Pérez al mes de iniciado el
gran movimiento por la dignidad en Guatemala.
En Guatemala, las exigencias de renuncia de Pérez (y
su adlátere Maldonado) continúan. La crisis política no termina si el binomio presidencial continúa. Así
opinan analistas, sectores importantes de la ciudadanía, cientos de
organizaciones de la sociedad civil y cientos de miles en las calles a lo largo
y ancho del país. Ayer, sin convocatoria general, cientos de personas se dieron
cita en la Plaza de la Constitución para seguir la lucha ciudadana, mientras
seguían saliendo a luz los actos de corrupción y abuso, no solamente en todas
las estructuras del Estado sino que también en las representaciones
diplomáticas. Y como se decía en un antiguo programa mexicano de TV: ¡Aún hay
más! Aparece también en El Periódico un artículo que explica el disgusto de
Estados Unidos. Washington sabía de muchas cosas, incluso antes de la elección
de 2011; pero siempre trató de tolerar a uno de sus “peones” en la
contrainsurgencia y graduado de su nefasta “Escuela de Asesinos” (SOA). Llegó
al cansancio en 2015; pero el temor al poder ganado por las capas medias y los sectores
populares lo hizo titubear en el último momento. Arriesga Obama que el pueblo
de Guatemala agregue una cuenta más en la larga lista de desaciertos de las
administraciones estadounidenses, por los cuales Clinton pidió perdón, sin
verdadero arrepentimiento, en 1999. La deuda con el pueblo de Guatemala es cada
día más grande.
Rechazo a los Partidos Políticos y al proceso
electoral. No estamos en contra
de procesos electorales limpios y transparentes, porque debe ser la forma
democrática de elegir gobernantes y representantes; pero no podemos tolerar este proceso electoral, que lleva al
país a un nuevo despeñadero. No se trata de que no llegue Baldizón, como sueñan
el CACIF y la Embajada; se trata del rechazo a la totalidad de los Partidos
Políticos, incluidos los de centro-izquierda, aunque no hayan hecho gobierno
antes. En las fotos de la prensa, pagadas por los partidos, aparecen grupos de
afiliados vistiendo sus camisolas de todos los posibles colores; pero nadie
acepta a Manuel Baldizón, Sandra Torres, los otros desconocidos y mucho menos a
Mario David García, el autor del “caso Rosenberg”. ¡Que se vayan todos! Es el
mensaje generalizado desde todos los ámbitos del país y no hay entidad seria
que deje de urgir el cambio de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. ¿Para
cuándo? No dentro de cuatro años cuando el gobierno y el Congreso estuviesen
llenos de nuevos facinerosos y el país hubiese pasado por cuatro años más de
saqueo, sino que para ahora. ¡No a
un proceso electoral con una Ley Electoral que protege la corrupción y la
impunidad! La Corte de Constitucionalidad debe pararlo y el país transitar
temporalmente bajo un gobierno interino honorable y eficaz, sin Pérez (y sin
Maldonado), y con el Congreso sujeto al control estrecho
y total de la ciudadanía.
Guatemala y su Diáspora, 24 de mayo de 2015, Comité
Ejecutivo de la RPDG y Coordinación del MUPP
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