Monday, August 3, 2015

El gobierno para reemplazar al Patriota Por Raul Molina Publicado en La Hora

El gobierno para reemplazar al Patriota
Hay un consenso en Guatemala: se va Pérez. Para lo demás --quién debe asumir la presidencia y si deben o no realizarse las elecciones— habrá consenso; las circunstancias van definiendo la situación. Alejandro Maldonado debe irse también y ante lo putrefacto del sistema de partidos políticos, 8 de cada 10 ciudadanos “no quiere elecciones bajo las presentes condiciones”. Hay diversas opiniones con relación al gobierno que debe asumir. Pocos aceptan la presión del CACIF y la Embajada para que sea Maldonado el nuevo presidente. Otra vez se enviaría una terna al Congreso para recomponer el gobierno Patriota, que seguiría intacto, para continuar con la corrupción y la impunidad. Esta opción A del imperio no se sostiene; la ciudadanía está lista para sacar a Maldonado y resto. No se quiere al designado por Pérez ni a las pandillas todavía insertas en el sistema.
Si la ciudadanía logra que presidente y vicepresidente renuncien, hay todavía opción “institucional”. Según la Constitución, ante la falta de presidente y vicepresidente, el Congreso nombra al presidente para completar el período de gobierno. No es gobierno provisional; es la terminación del período actual. Una vez electo, propone una terna al Congreso para vicepresidente. Siguen en funciones hasta que termine el período 2012-2016. Quienes se inclinan por esta vía saben que hay que colocar 20,000 personas alrededor del Congreso, para que éste no obedezca a la coalición Líder/Patriota  sino que a la sociedad civil. Si la selección es correcta, se nombrarán gabinete y funcionarios honestos, para hacer en 6 meses lo que no se hizo en 19 años. Si el Congreso no acepta, abre la puerta para la revolución.

No se quiere elecciones. Lo que se ha descubierto de los partidos políticos es apenas la punta del iceberg; pero hace que las elecciones sean ilegítimas. La mayoría de partidos, en más del 50% son financiados por los capitales ilícitos; y el poco claro financiamiento “lícito” ya excedió los límites. Las decisiones sobre candidatos no pasan por las bases de los partidos. Son arreglos en las cúpulas con gente que puede pagar bien. Así, los candidatos resultan “impresentables”. Las campañas electorales son un juego de mercadotecnia, basado en cuánto dinero se puede invertir en publicidad, pago de encuestas y regalos. Los 13 binomios (uno inconstitucional y otro sin vicepresidente) son rechazados: Baldizón y García, de Líder y Patriota, ya no son opción; pero tampoco los otros oscuros pretendientes. Hay que detener el proceso. Las reformas indispensables a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, previas a las elecciones, y la organización de un nuevo proceso electoral hacen imposible cumplir con el 14/01/16. Reconozcamos que ESO NO IMPORTA; lo que importa es darle institucionalidad a este proceso. En última instancia, la soberanía radica en el pueblo. El gobierno que reemplace al del Patriota deberá obtener un mandato, vía Congreso o Asamblea Nacional Constituyente, para realizar la mejor transición posible. Mientras más pronto se produzca el cambio, más pronto restableceremos la vida institucional, rota por la corrupción, sin perder el carácter constitucional.

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